martes, 14 de enero de 2014

Amor de infancia...

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, 
qué soledad errante hasta tu compañía! 
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia. 
En Taltal no amanece aún la primavera. 
Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos, 
juntos desde la ropa a las raíces, 
juntos de otoño, de agua, de caderas, 
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos. 
Pensar que costó tantas piedras que lleva el río, 
la desembocadura del agua de Boroa, 
pensar que separados por trenes y naciones 
tú y yo teníamos que simplemente amarnos, 
con todos confundidos, con hombres y mujeres, 
con la tierra que implanta y educa los claveles.


Fuente: Cien sonetos de amor

2 comentarios:

  1. ¡Qué bonito! Me encantaría leer algo de tus comienzos.
    ¿Podrías subir al blog lo que consideras tu primera obra? ^^

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  2. Los primeros amores, los purísimos, los reflejé en cartas enviadas a Blanca Wilson. Esta muchacha era la hija del herrero y uno de los muchachos del liceo donde estudié, perdido de amor por ella, me pidió que le escribiera sus cartas de amor. No recuerdo cómo serían esas cartas, pero tal vez esas fueron mis primeras obras literarias, pues, cierta vez, al encontrarme con la colegiala, esta me preguntó si yo era el autor de las cartas que le llevaba su enamorado. No me atreví a renegar de mis obras, y muy turbado le respondí que sí. Entonces me pasó un membrillo que por su puesto no quise comer y guardé como un tesoro...

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